Fueguitos

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¡Hola chic@s!, quiero contarles una pequeña historia publicada en el libro de Los abrazos de Eduardo Galeano, se titula: el mundo.

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Me encanta la narración, expresa en gran medida lo que percibimos en ustedes al verlos trabajar en clases, al correr, jugar o saltar, al hacerse pequeñas travesuras. En su forma de expresarse y relacionarse con el mundo sentimos esperanza y alegría, ánimo de seguir trabajando por un mundo más amable, solidario, justo y respetuoso. Te has preguntado ¿cómo serías si fueras un fueguito? ¿qué color tendrías, tamaño o forma?, ¿te saldrían chispas o destellos? ¿serías un fuego travieso o tranquilo? ¿darías calor o quemarías?

¿Sabes?, en los últimos años han aumentado las marchas el 8 de marzo en las ciudades y comunidades de nuestro país demandando justicia, equidad, solidaridad y respeto a las mujeres.

Estoy convencido que no es un tema ajeno a tu persona, seguro te das cuenta que la vida no es igual para tod@s. Algunos están a favor de las manifestaciones, algunos en contra, otros se mantienen al margen. Lo cierto es que hoy se habla de ello en casa y la escuela, entre compañeros, es un tema que nos involucra a tod@s.

No es un tema menor, los datos sobre violencia  de género en nuestro país son alarmantes:

Entre 10 y 11 mujeres son asesinadas al día, más de 3000 al año. El 86% del territorio nacional está bajo alerta por violencia feminicida (desaparición de mujeres y niñas). Las mujeres son las principales víctimas de delitos sexuales: ocho casos por cada uno en hombres.

La violencia se manifiesta en otros ámbitos, como en la falta de oportunidades de estudio, igualdad de condiciones en el empleo, responsabilidades en la limpieza y orden del hogar, manutención y educación de los hijos.

Hoy se estima que 21.2 millones de mujeres están excluidas del mercado laboral y 13.8 millones no tiene oportunidad de buscar empleo por la carga de tareas domésticas y de cuidado materno.  Según datos de la UNICEF en México: 6 de cada 10 adolescentes sufren al menos un incidente de violencia -emocional, física, sexual o económica- a lo largo de su vida.

Las adolescentes representan el 80% de las desapariciones de personas menores de 18 años. Al año, un promedio de 120 niñas y adolescentes son víctimas de feminicidio, 4 de cada 10 adolescentes han experimentado algún tipo de violencia sexual.

El acoso y abuso callejero comienza cuando las niñas tienen 9 o 10 años, intensificándose entre los 12 y los 15 años. El 98.4% de matrimonios de chicas adolescentes menores de 15 años registrados en el país sucede con hombres mayores de 18 años. Se estiman 1.000 embarazos diarios de chicas entre los 15 a 19 años

Las niñas y las adolescentes enfrentan violencia en todos los espacios: en su hogar, la escuela, las calles, los espacios comunitarios, el ciberespacio. Esta violencia proviene tanto de personas cercanas, familiares y amistades, como de personas desconocidas.

Hoy, por el hecho de ser mujer, las coloca en situación de desventaja, con ello corren el riesgo de no tener el pago justo por su trabajo, de ser analfabeta, vivir en la pobreza y sufrir violencia doméstica, incluso feminicidio.

La solución ante el problema de violencia que sufren las mujeres, especialmente las adolescentes nos pertenece a todos; padres de familia, maestros, compañeros y compañeras.

¿Qué te dicen los datos que acabas de leer?, ¿crees que es posible erradicar este mal social?,

¿cómo?, ¿a qué te puedes comprometer?

El feminismo, sin duda, no es un movimiento solo para las mujeres, es para tod@s los que deseamos vivir en un mundo equitativo, justo y solidario. Tenemos que transformar la vida en la familia, en la escuela, en la calle, en los centros de trabajo, el campo y las plazas públicas.

¿Recuerdas la historia inicial? Respecto a los datos de violencia de género que te compartí, te pregunto:

¿Cómo es el fuego de tus compañeras adolescentes?, ¿por qué?, ¿de qué color tendríamos que pintarnos ante la situación de violencia de género?

Finalmente te invito a dialogar las respuestas con tus maestr@s en clase.

Un abrazo grande.

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